Una frita es una mezcla compuesta por minerales, óxidos, sales, etc.. que se calienta hasta alcanzar su fusión, enfriándose después bruscamente para que se forme un sólido quebradizo que se trocea y se muele.
El polvo obtenido, al haber pasado por toda la transformación térmica tiene una serie de ventajas muy valiosas:
- Reducir la toxicidad de ciertos óxidos y compuestos como ocurre con los compuestos de plomo
- Reduce o hace desaparecer la solubilidad de ciertos compuestos como ocurre con los compuestos de sodio, potasio y boro
- Aumenta la fiabilidad de la mezcla obtenida, dando siempre los mismos resultados.
La forma de fusión de la frita se produce a una temperatura determinada, como ocurre con los sólidos monocristalinos. Las fritas, cuando forman parte de la composición de un vidriado, reducen la temperatura de fusión del vidriado.
Se usan habitualmente en baja temperatura ya que en alta temperatura se llegan a fundir y solo aportan la comodidad de su uso.
Los vidriados “crudos” (sin fritas) se funden progresivamente durante un rango de temperaturas. Si se sustituyen componentes crudos por una frita, se puede añadir más sílice y alúmina al vidriado logrando así un resultado con mayor dureza y estabilidad.
Por ejemplo, si juntamos sin fritar 1 PbO + 2 SiO2 la mezcla funde a 1100ºC. Si utilizamos la frita de bisilicato de plomo de fórmula PbO·2SiO2 funde a 900º. Podemos añadir sílice a la frita de silicato para subir la temperatura hasta 1100ºC de nuevo.
Para hacer una frita en un taller artesano, una vez preparados los componentes, se introducen en un crisol (de 100 gr o 200 gr) que se introduce en un horno especial de gas con aire forzado hasta obtener la fusión de los materiales. Se saca el crisol del horno al rojo vivo y el contenido se echa sobre agua provocando un enfriamiento súbito que hace que la masa cristalina quede resquebrajada y quebradiza. Se pulveriza después. Se deja secar, se prensa y se machaca.
La gran mayoría de ceramistas suelen adquirir fritas comerciales, por comodidad y por la extensa oferta que se encuentra. Pueden adquirirse en tiendas especializadas en cerámica y dependiendo del país podemos encontrar fritas de distintos fabricantes. Es muy habitual leer artículos en los que se mencionan fritas de las marcas Ferro, Prodesco, Degussa, Reimbold & Strick, Mondré & Manz, Th. Goldschmidt A.G., etc..
Para hacer un vidriado fritado tan solo es necesario adaptar la frita a la viscosidad, tensión superficial y dilatación térmica que necesitemos mediante adiciones de los compuestos necesarios (sílice y alúmina principalmente).
Las suspensiones de fritas suelen decantar más que las suspensiones de crudos. Especialmente las fritas alcalinas forman un poso muy duro. Si no se puede añadir arcillas que disminuyan este problema, también se añaden adhesivos orgánicos, fosfatos polimerizados u otras sustancias.
Vidrio pulverizado
El vidrio coloreado y pulverizado, es otra materia prima que se utiliza en cerámica. Al tratarse de vidrio, se trata de una especie de frita rica en álcalis y/o plomo por lo que se funde enseguida y, como el vidrio carece de alúmina, escurre mucho. Se suele emplear a modo de esmalte muy coloreado en superficies horizontales o en oquedades y pliegues en los que no no puede escurrir..
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