Las suspensiones cerámicas se forman añadiendo a las materias primas pulverizadas (soluto) un solvente líquido (o disolvente, ambos términos son correctos) que suele ser el agua.
Las moléculas de agua forman dipolos, es decir, aunque la molécula tiene carga eléctrica neutra, en una zona de la molécula se concentran las cargas positivas (la zona donde están los dos átomos de hidrógeno) y en la zona opuesta las cargas positivas. Estos dipolos son atraídos por las partículas de soluto, rodeándolas y adhiriéndose a ellas. De esta forma, en la suspensión se mantienen unidas las partículas de soluto a través del solvente.
Incluso si las partículas que hay que rodear tienen carga eléctrica neutra, también se produciría esta atracción porque los dipolos del agua inducen la formación de dipolos en el soluto formando enlaces de Van der Waals.

Moléculas dipolares de agua rodeando un ion de magnesio con carga positiva.
La viscosidad y la tixotropía de las suspensiones que utilizan agua como solvente dependen de cómo interactúan las distintas partículas con el agua y también de los electrolitos disueltos (defloculantes). Aunque el soluto suelen ser partículas insolubles en agua, en muchos casos hay cierto grado de solubilidad y los distintos materiales introducen electrolitos en la suspensión que afectan al pH. Por otro lado, el agua puede contener impurezas en forma de sales y electrolitos que pueden llegar a producir eflorescencias durante el secado.
El tamaño de las partículas de soluto, sobre todo de las partículas de arcilla, es importante ya que cuanto menor es su tamaño, mayor es la superficie total en contacto con el agua, y se necesita mayor cantidad de ésta. Además, en las arcillas, dependiendo de la cantidad de agua añadida, se obtiene plasticidad (añadiendo entre 15% y 25%) porque el agua lubrica y adhiere las capas de arcilla entre sí, aumentando el volumen y facilitando el deslizamiento entre capas, o se puede alcanzar un estado de líquido viscoso como ocurre con barbotinas y coladas (añadiendo entre 25% y 40%). Cuanto más agua contiene una suspensión, más tarda en secar y más merma se produce durante el secado.
Los engobes pueden hacerse muy aguados para que el color quede en forma de veladura sin que aporten apenas volúmen, o pueden tener consistencia cremosa llenos de color y volúmen., dependiendo del agua que se añada en su preparación.
En los esmaltes se suele añadir entre el 40% y el 45% de agua que interactúa con partículas inertes (como feldespatos, fritas y cuarzo), con partículas con carga eléctrica (arcillas) y con acondicionadores (gomas, defloculantes, electrolitos,..). Cuanta más arcilla esté presente, más agua necesitaremos en los esmaltes.
Pero no siempre se utiliza agua como solvente en las suspensiones cerámicas. Cuando hay que aplicar una suspensión sobre una superficie sin poros (sobre un vidriado o sobre porcelana y gres cocidos hasta su temperatura de maduración) las suspensiones realizadas con agua resbalan y no se mantienen en su sitio.
En estos casos podemos elegir entre dos alternativas: suspensiones magras y suspensiones grasas. En ambos casos, los solventes utilizados son derivados de la resina de ciertos árboles, especialmente de coníferas (trementina, aguarrás,..), o bien aceites esenciales procedentes de plantas aromáticas, o bien glicerinas (que forman parte de resinas y aceites). La composición de los aceites es bastante compleja pero mayoritariamente son ésteres de ácidos grasos unidos a glicerol. Dependiendo de su fluidez se clasifican en esencias, bálsamos y oleorresinas.
Suspensiones magras en las que se utilizan glicerinas o similares como solvente. La glicerina o glicerol es un alcohol con una alta viscosidad, muy espesante que hace que aumenten tanto la densidad como la viscosidad de la suspensión. Muchas tintas llevan glicerol como vehículo. Los vehículos serigráficos al agua también llevan alcoholes. Para diluir una suspensión magra se utiliza agua ya que la glicerina es soluble en agua.
Las suspensiones grasas utilizan como solvente un vehículo graso, es decir algún tipo de aceite. Algunos de los solventes más utilizados en las suspensiones grasas son: grasa de trementina o grasa-miel (la trementina es aceite de pino) , el bálsamo de copaiba, aceite de linaza, aceites esenciales como el aceite de lavanda, vehículo serigráfico graso (realizado con esencia de pino, brea y celulosa), tintas grasas, etc..
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