La forma realizada con la pasta modelada se puede mostrar con la textura y el color de la pasta o con texturas y colores añadiendo distintas capas sobre su superficie de la pasta que transforman el objeto realizado. La piel cerámica tiene valor técnico y estético.
Desde el punto de vista técnico, puede hacer que un objeto poroso se vuelva impermeable, o endurecer el objeto, o hacerlo inerte ante las inclemencias meteorológicas y los ataques de compuestos químicos diversos y muchas más cosas. Y desde el punto de vista estético y artístico, la piel aplicada a la cerámica tiene la capacidad de transformar un objeto mediocre en una obra de arte, o convertir una bella forma en un objeto chabacano y banal.
Existen muchas alternativas para “vestir” una forma, pero fundamentalmente podemos hablar de dos grandes grupos de productos que se aplican sobre la superficie del soporte cerámico: los engobes, de naturaleza muy similar a las pastas, y/o los vidriados (o esmaltes) de naturaleza muy similar al vidrio.
Los engobes aportan una capa de pasta sobre la pasta, modificando las características de la superficie. Con los engobes se puede modificar el color, el brillo y la textura de la superficie del objeto cerámico. Se pueden realizar diseños y transferir imágenes. Un objeto engobado puede llevar encima un vidriado si queremos que así sea.
Con el vidriado, un objeto cerámico aumenta su dureza y su resistencia, se vuelve impermeable y su superficie puede adquirir infinitas combinaciones de texturas, tonos y colores.
El color de los vidriados puede obtenerse añadiendo los cromóforos a la composición del vidriado pero, si queremos realizar dibujos o patrones y diseños, también se pueden realizar los trazos y los colores de los diseños por separado mediante el uso de suspensiones y disoluciones decorativas, o también aplicando los cromóforos secos espolvoreados o aplicados con aglutinantes. Sea como sea, esos dibujos y esos colores se pueden hacer debajo o encima del vidriado.
Cuando la decoración se aplica debajo del esmalte hablamos de decoración bajo cubierta, y si se aplica encima del esmalte será decoración sobre cubierta. Lo más habitual es emplear un vidriado transparente cuando se realizan diseños bajo cubierta para poder ver así la decoración realizada. Cuando se realiza decoración sobre cubierta se suele emplear un esmalte blanco sobre el que destacan los diseños realizados, como si se tratase de un lienzo. Pero no siempre es así.
Después de pasar por el horno, sobre la superficie vitrificada y sin poros del vidriado, también se puede realizar decoración adicional que se denomina “de tercer fuego”. Con las variadas técnicas decorativas de tercer fuego, los cromóforos se integran de forma superficial con el vidriado cuando se realiza una cocción extra (tercer fuego) a muy baja temperatura.

En todas las capas de la piel se utilizan sustancias colorantes o cromóforos que podemos clasificar como óxidos, pigmentos, sales solubles y partículas metálicas.
De estas cuatro categorías de cromóforos, los que son sólidos insolubles (óxidos , pigmentos y partículas metálicas) se aplican en seco o utilizando suspensiones. Las suspensiones se pueden realizar con arcilla o sin arcilla, utilizando agua o utilizando solventes grasos o glicerinas. La otra categoría de cromóforos, las sales solubles, se disuelve en agua y se aplica en forma de disoluciones.
En la aplicación de los cromóforos se necesita, en la mayoría de los casos, añadir componentes adicionales como aglutinantes, suspensivos, floculantes, defloculantes y fundentes.
Además del tipo de cromóforo utilizado, la mezcla utilizada para decorar depende, en gran medida, del momento que se escoja para realizar la decoración. Las necesidades son distintas si la decoración se realiza sobre pasta húmeda cruda, sobre bizcocho, sobre el vidriado crudo, o sobre una superficie vitrificada y sin poros.