El término «loza» se utiliza en muchas ocasiones como sinónimo de pasta de baja temperatura, generalmente blanca, que se asocia a la pasta con la que se realizan las vajillas. Sin embargo, en nuestro caso, vamos a definir las pastas de loza como pastas basadas en caolín que habitualmente son de media temperatura, aunque también las hay de baja temperatura, distinguiendo este grupo de pastas de las de baja temperatura con muy poca presencia de caolín y con abundante illita.
Las pastas conocidas como «loza» tienen una composición similar al gres y a la porcelana, es decir, son una combinación de caolín, cuarzo y feldespato, pero con proporciones distintas. Además se les añade arcilla de bola para hacerlas más plásticas y carbonato cálcico como fundente.
La cerámica de loza es de color blanco, textura porosa (no vitrifica), dura y sonora. La loza más apreciada es la loza dura, cuya temperatura de maduración está entre 1180 y 1300ºC. por lo que se suele considerar que las lozas son de temperatura media. Estas pastas se usan mucho para realizar sanitarios, azulejos y vajilla. Un ejemplo de su composición podría ser: 50% caolín + 40% cuarzo + 8% feldespato + 2% creta.
Sin embargo, también existen las lozas blandas cuya temperatura de maduración está entre 960º y 1080ºC, que deben considerarse de baja temperatura. Su composición podría ser análoga a: 48% ball clay + 34% cuarzo + 12% caolín + 6% creta.
La loza mixta, a medio camino entre la blanda y la dura, tiene temperaturas de maduración entre 1050º y 1180ºC.
El uso de carbonato cálcico en las lozas añade mucha dureza a las piezas, protege contra agrietamientos durante la cocción y proporciona conductividad térmica, lo que hace que estas pastas se usen mucho en objetos de cocina.
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