En español, la palabra “cerámica” procede del griego y significa material compuesto por arcilla o barro. La cerámica tradicional utiliza como principales materias primas multitud de minerales y rocas naturales compuestas por silicatos (arcillas, feldespatos, cuarzos, etc..).
En la actualidad, el concepto de material cerámico se ha hecho mucho más extenso y se define como: cualquier compuesto inorgánico no mecánico que necesita alta temperatura para su conformado. Mientras que en la cerámica tradicional los materiales cerámicos siempre están compuestos por combinaciones de óxidos en los que predomina el SiO2 de las arcillas, en la llamada “cerámica avanzada” podemos encontrar materiales cerámicos compuestos por óxidos, “no óxidos” y composites. Podemos encontrar, por ejemplo, materiales cerámicos a base de óxido de zirconio y aluminio, o compuestos de “no óxidos” como carburos, boruros, nitruros y siliciuros, y sin presencia de arcillas en todos ellos.
Tanto en la cerámica tradicional como en la avanzada, el material cerámico es duro, indeformable, más o menos impermeable y más o menos refractario. Para su obtención se utilizan materias primas cuidadosamente pulverizadas y mezcladas en suspensiones, que se transforman por la acción del calor hasta alcanzar su sinterización. El resultado es un sólido densificado que mantiene su conformación.
Si nos ceñimos a la cerámica tradicional, podemos decir que los materiales cerámicos están compuestos por una estructura de partículas cristalinas sinterizadas y formadas por óxidos que se encuentran embebidas en una matriz vítrea más o menos abundante.
El vidrio es un material muy parecido a la cerámica, pero en el proceso térmico, en lugar de llegar a la sinterización, se alcanza la fusión y por tanto se pierde totalmente cualquier tipo de conformación. La estructura del vidrio es amorfa o desordenada.
Durante el proceso cerámico de sinterización, hay ciertos componentes que alcanzan la fusión y adquieren estructura vítrea al enfriarse. Por tanto, en la estructura cerámica , junto a las partículas cristalinas sinterizadas se entremezcla la estructura vítrea. Decimos que un material es cerámico si tiene un 30% de estructura cristalina como mínimo. Por debajo de ese porcentaje se considera que el material es un vidrio.
En los procesos cerámicos es muy habitual combinar un cuerpo cerámico sinterizado (la cerámica) con un recubrimiento de esmalte o vidriado. Mientras que el soporte cerámico continúa teniendo una estructura cristalina sinterizada rodeada por la matriz vítrea, el esmalte o vidriado tiene una estructura vítrea mucho más generalizada..




